Los últimos días hemos asistido a la enésima aberración de la troika y la UE. El enésimo atropello de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas de uno de los países miembro de esta gran estafa en la que se ha convertido la Zona Euro.
Resulta que como Chipre tiene una deuda que no puede asumir, han decidido que la mejor manera de "generar confianza" es quitarle el dinero del banco a sus ciudadanos. La primera opción era tan absolutamente escandalosa (una quita independientemente del saldo bancario que se tuviera) que tuvieron que recular.
Han tenido debates sesudos, reuniones interminables con pizza a costa de los contribuyentes y muchas caras largas, para finalmente determinar que la quita la tendrán que asumir únicamente aquellas personas que tengan más de 100000€ en dinero contante y sonante en las entidades financieras chipriotas.
Hay quien se ha mostrado relativamente satisfecho porque sólo los más ricos tendrán que asumir esta quita (que ni siquiera sabemos de cuánto será). Otros asumen que quienes tengan más de 100000€ en cualquier punto de la UE estarán ya buscando paraísos fiscales. Y yo me pregunto, ¿cuánto son 100000€?
Seré antigua, pero sigo pasando los euros a pesetas y haciendo redondeos cuando hablo de sumas medianamente grandes. Y 100000€ son unos 16 millones de pesetas... o lo eran. ¿Es realmente tanto dinero?
Supongamos que una persona quiere comprarse una bonita casa y no quiere "endeudarse por encima de sus posibilidades", de modo que lleva años ahorrando para no tener que pedir una hipoteca por la totalidad del valor de la vivienda y los muebles. Quiere pedir 100000€ en lugar de 240000€.
Supongamos que otra persona ha ido guardando dinero para poder dejarle a sus hijos como herencia "algún dinero" para el futuro y ha reunido 180000€ para sus tres descendientes.
Supongamos que a alguien le ha tocado un premio relativamente alto (unos 200000€) en la lotería y, en lugar de gastarlo sobre la marcha en sexo, drogas y rock'&'roll , ha decidido guardar algo más de la mitad para asegurarse una jubilación desahogada.
En cualquiera de los tres supuestos anteriores, ¿100000€ es mucho dinero? ¿Es justo que a estas personas les toque hacerse cargo de las deudas multimillonarias de los bancos y las entidades públicas mal gestionadas? ¿Hemos llegado al punto en el que las clases medias son parte de la "oligarquía privilegiada"? ¿Todo lo que no sea llegar a fin de mes con números rojos es inmoral?
Pues lo siento, pero yo no lo veo... Ya quisiera yo poder estar en una situación más desahogada y tener esos 100000€, y me jodería mucho, mucho, MUCHO que llegara la troika a decirme que he ahorrado por encima de mis posibilidades y me quitara parte de lo que he ganado para satisfacer su voracidad...
Digo Vivir
Porque si no digo vivir, no digo nada...
lunes, 25 de marzo de 2013
viernes, 8 de febrero de 2013
La Izquierda - Las izquierdas
Estamos viviendo uno de los peores momentos de la democracia en España; en todos los sentidos. Nos recortan los derechos sociales, el partido en el poder está inmerso en un fabuloso escándalo de corrupción del que se niegan a hablar, aterriza en Madrid un mafioso ultrasionista para convertirnos en el centro europeo del blanqueo de capitales, y un larguísimo y conocido etc. de circunstancias.
Pero todo esto ya lo sabemos, y lo peor es que ni siquiera nos sorprende (al menos a mí).
Lo que sí me sorprende es la actitud de todos los que estamos cabreados con esta situación.
Somos un colectivo tan heterogéneo, que a veces parece que nos molesta más cualquier mínima discrepancia con quienes coincidimos en un 90% de los planteamientos, que la gran masa de mierda que tenemos enfrente.
Un ejemplo lo tenemos en la recogida de firmas en change.org que inició Pablo Gallego y que ha conseguido más de un millón de apoyos. ¡Más de un millón! Y las respuestas que leo por parte que está de acuerdo con que debería dimitir hasta el apuntador en el PP vienen a decir "eso no vale para nada", "muchas firmas son falsas", "lo que hay que hacer es actuar", "sí, haced click que con eso vais a arreglar el mundo", y un sinfín de comentarios por el estilo.
Puedo estar de acuerdo en que un click no cambia nada, o en que hay que pasar a la acción real, pero en lo que no puedo estar de acuerdo es en el desprecio por una iniciativa de una persona física, que ha conseguido que mucha gente (lo mismo me da 1 millón que 500.000) tome conciencia de que no están solos en su cabreo. Nos hace falta saber que tenemos apoyos, que somos muchos, que hay posibilidades de éxito, para implicarnos en proyectos.
Lo que me cabrea es que no hay algo que sea "La Izquierda", sino que hay tropecientas izquierdas fratricidas e intransigentes que no están dispuestas a ceder ni un ápice en su corpus ideológico. Y así sí que no vamos a ninguna parte.
Personalmente no trago a equo, como otra gente no traga a algunos sectores de IU o a algún sindicato, pero no dejo de reconocer que tengo más puntos de unión con cualquiera de ellos que con el infame PP. Y estoy dispuesta a tragarme el cabreo por la indefinición de equo en cuanto a las pseudociencias, si puedo constituir un frente conjunto ante las atrocidades económicas, ambientales y sociales que nos vienen encima.
Entiendo que haya quien no trague a Garzón, pero me pregunto ¿es útil que Garzón se posicione con un frente de izquierdas? Y encuentro muchos más elementos para el sí que para el no.
@jorgegcastano ya apuntaba hace algunos días en la dirección de afrontar los retos conjuntamente. Yo estoy completamente de acuerdo.
Prefiero tragarme un sapo que todo un lodazal.
Pero todo esto ya lo sabemos, y lo peor es que ni siquiera nos sorprende (al menos a mí).
Lo que sí me sorprende es la actitud de todos los que estamos cabreados con esta situación.
Somos un colectivo tan heterogéneo, que a veces parece que nos molesta más cualquier mínima discrepancia con quienes coincidimos en un 90% de los planteamientos, que la gran masa de mierda que tenemos enfrente.
Un ejemplo lo tenemos en la recogida de firmas en change.org que inició Pablo Gallego y que ha conseguido más de un millón de apoyos. ¡Más de un millón! Y las respuestas que leo por parte que está de acuerdo con que debería dimitir hasta el apuntador en el PP vienen a decir "eso no vale para nada", "muchas firmas son falsas", "lo que hay que hacer es actuar", "sí, haced click que con eso vais a arreglar el mundo", y un sinfín de comentarios por el estilo.
Puedo estar de acuerdo en que un click no cambia nada, o en que hay que pasar a la acción real, pero en lo que no puedo estar de acuerdo es en el desprecio por una iniciativa de una persona física, que ha conseguido que mucha gente (lo mismo me da 1 millón que 500.000) tome conciencia de que no están solos en su cabreo. Nos hace falta saber que tenemos apoyos, que somos muchos, que hay posibilidades de éxito, para implicarnos en proyectos.
Lo que me cabrea es que no hay algo que sea "La Izquierda", sino que hay tropecientas izquierdas fratricidas e intransigentes que no están dispuestas a ceder ni un ápice en su corpus ideológico. Y así sí que no vamos a ninguna parte.
Personalmente no trago a equo, como otra gente no traga a algunos sectores de IU o a algún sindicato, pero no dejo de reconocer que tengo más puntos de unión con cualquiera de ellos que con el infame PP. Y estoy dispuesta a tragarme el cabreo por la indefinición de equo en cuanto a las pseudociencias, si puedo constituir un frente conjunto ante las atrocidades económicas, ambientales y sociales que nos vienen encima.
Entiendo que haya quien no trague a Garzón, pero me pregunto ¿es útil que Garzón se posicione con un frente de izquierdas? Y encuentro muchos más elementos para el sí que para el no.
@jorgegcastano ya apuntaba hace algunos días en la dirección de afrontar los retos conjuntamente. Yo estoy completamente de acuerdo.
Prefiero tragarme un sapo que todo un lodazal.
martes, 5 de febrero de 2013
Dilema moral
¿Qué hacer cuando entiendes por qué alguien toma una decisión que va contra tus principios?
Conozco a una persona mayor, de esas que se han pasado toda su vida trabajando más horas que el reloj para sacar a su familia numerosa adelante. Hoy por hoy es pensionista, con una de esas pensiones exiguas que sabemos que no dan para mucho. Lo que le permite un poco de desahogo es el alquiler de una vivienda en la que vive una familia desde hace bastantes años. Hace algún tiempo esa familia pasó por un mal momento y dejó de pagar 3 meses de alquiler, lo que supuso una merma en los ingresos, pero se capeó como se pudo.
Ahora, esa familia vuelve a pasar por un mal momento. Deben otros 3 meses de alquiler. Y la persona mayor tiene una situación complicada, ya que, por un lado, le da pena la familia que no puede pagar, y por otro, siente que trabajó y adquirió esa vivienda para tener una vejez holgada.
¿Cuál es la salida a esta situación? Un/a pensionista no es un banco y necesita los ingresos que le proporciona el alquiler de la vivienda. Una familia con una niña pequeña no puede verse tirada en la calle sin recursos.
¿Y quién es culpable de la situación?
Me puedo imaginar a la PAH parando el desalojo, y lo comprendo. Pero también creo que es perverso criminalizar al pequeño ahorrador por defender lo que tiene.
Es un dilema moral, en el que comprendo a las dos partes, y tomar partido se vuelve muy difícil.
¿Realmente es la ciudadanía de a pie la que tiene que hacerse cargo de las consecuencias de un sistema perverso? ¿No tienen nada que decir los organismos públicos?
Menudo asco...
Conozco a una persona mayor, de esas que se han pasado toda su vida trabajando más horas que el reloj para sacar a su familia numerosa adelante. Hoy por hoy es pensionista, con una de esas pensiones exiguas que sabemos que no dan para mucho. Lo que le permite un poco de desahogo es el alquiler de una vivienda en la que vive una familia desde hace bastantes años. Hace algún tiempo esa familia pasó por un mal momento y dejó de pagar 3 meses de alquiler, lo que supuso una merma en los ingresos, pero se capeó como se pudo.
Ahora, esa familia vuelve a pasar por un mal momento. Deben otros 3 meses de alquiler. Y la persona mayor tiene una situación complicada, ya que, por un lado, le da pena la familia que no puede pagar, y por otro, siente que trabajó y adquirió esa vivienda para tener una vejez holgada.
¿Cuál es la salida a esta situación? Un/a pensionista no es un banco y necesita los ingresos que le proporciona el alquiler de la vivienda. Una familia con una niña pequeña no puede verse tirada en la calle sin recursos.
¿Y quién es culpable de la situación?
Me puedo imaginar a la PAH parando el desalojo, y lo comprendo. Pero también creo que es perverso criminalizar al pequeño ahorrador por defender lo que tiene.
Es un dilema moral, en el que comprendo a las dos partes, y tomar partido se vuelve muy difícil.
¿Realmente es la ciudadanía de a pie la que tiene que hacerse cargo de las consecuencias de un sistema perverso? ¿No tienen nada que decir los organismos públicos?
Menudo asco...
jueves, 31 de enero de 2013
Sí es para tanto
El día de hoy ha amanecido con un bombazo. @carlosecue y sus compañeros de El País han revelado el libro de la contabilidad B del PP de los años en los que Bárcenas ejerció como tesorero. Realmente no es que nos hayan dicho nada que no supiéramos, sino que (por fin!) han presentado pruebas, negro sobre blanco de que los sobres existieron, y no fueron pocos.
El PP, en su línea, se ha mostrado muy ofendido y ha amenazado con denunciar a todo medio que reproduzca la información. A estas alturas deben estarse acordando de tres generaciones de la familia del insigne Gallardón y de sus tasas judiciales, porque la noticia recorre ya todos los medios nacionales e internacionales.
Mientras tanto, nuestro excelso presidente, el del "sí, hombre!" está escondido no se sabe dónde. Debe considerar que no es para tanto. Y sí lo es.
Es para tanto que no haya dado la cara ni una sola vez ante los casos de financiación ilegal, casos de corrupción, dinero negro, etc.
Es para tanto que en medio de todo este jaleo, al PP sólo se le ocurra decir que qué mala es la izquierda por venir con esto cuando ya están sacando al país de la crisis.
Es para tanto que tengamos un presidente que admite que vengan del BCE a decirnos punto por punto lo que hay que hacer y no se digne a comparecer, ni se niegue a que esas órdenes se den en la sede de la soberanía popular a puerta cerrada y sin taquígrafos.
Es para tanto que en las escasísimas ocasiones en las que comparece ante la prensa no admita preguntas, o seleccione qué medios pueden preguntar y cuáles no.
Rajoy no es un presidente, es un esperpento que ni Valle-Inclán podría haber imaginado, Rajoy es un cadáver político. Y que nos gobiernen los muertos (los de hace 40 años y los walking dead de ahora), sí que es para tanto, y para más.
El PP, en su línea, se ha mostrado muy ofendido y ha amenazado con denunciar a todo medio que reproduzca la información. A estas alturas deben estarse acordando de tres generaciones de la familia del insigne Gallardón y de sus tasas judiciales, porque la noticia recorre ya todos los medios nacionales e internacionales.
Mientras tanto, nuestro excelso presidente, el del "sí, hombre!" está escondido no se sabe dónde. Debe considerar que no es para tanto. Y sí lo es.
Es para tanto que no haya dado la cara ni una sola vez ante los casos de financiación ilegal, casos de corrupción, dinero negro, etc.
Es para tanto que en medio de todo este jaleo, al PP sólo se le ocurra decir que qué mala es la izquierda por venir con esto cuando ya están sacando al país de la crisis.
Es para tanto que tengamos un presidente que admite que vengan del BCE a decirnos punto por punto lo que hay que hacer y no se digne a comparecer, ni se niegue a que esas órdenes se den en la sede de la soberanía popular a puerta cerrada y sin taquígrafos.
Es para tanto que en las escasísimas ocasiones en las que comparece ante la prensa no admita preguntas, o seleccione qué medios pueden preguntar y cuáles no.
Rajoy no es un presidente, es un esperpento que ni Valle-Inclán podría haber imaginado, Rajoy es un cadáver político. Y que nos gobiernen los muertos (los de hace 40 años y los walking dead de ahora), sí que es para tanto, y para más.
martes, 29 de enero de 2013
#OpenDraghi
El hecho de que Draghi vaya a intervenir en el Congreso de los Diputados a puerta cerrada y sin taquígrafos, no es sino un signo más de lo que ya era evidente.
Nos gobierna gente a la que no podemos escuchar, dándole órdenes a las personas que, en principio, han sido elegidas por la ciudadanía. Además, como la agenda del Sr. Draghi es tan apretada, se pasa por el arco del triunfo lo que los políticos tengan que decirle, limitando a 6 irrisorios minutos el tiempo que tienen para dirigirse a él.
No conozco a nadie que haya votado a las elecciones del BCE, y sin embargo nos toca comernos todas las condiciones que nos impone, sin chistar. Bueno, sí, podemos manifestarnos en contra de la austeridad, de los desahucios, a favor de la sanidad y la educación públicas, pero todas estas manifestaciones y huelgas dan tanto resultado como comentar el culebrón de A3 con una vecina, lo que viene siendo 0.
El Sr. Draghi dirá lo que tenga que decir, el gobierno acatará, el PSOE hará una tímida crítica, IU se indignará y UPyD pedirá la ilegalización de los diputados que tuiteen la sesión.
Alguien en twitter hará comentarios ingeniosos y mordaces sobre bajadas de pantalones, alguien en una tertulia dirá que no podemos gastar más de lo que ingresamos, alguien en la cola del súper dirá que son todos iguales, y no cambiará absolutamente nada. Dentro de 15 días veremos los resultados de la visita en forma de decreto o propuesta, y por más que pataleemos, no servirá de nada.
Agradezco, no obstante a los dos diputados de IU, su disposición a encender por lo menos una lamparita de lectura en el congreso. Espero que sus 6 minutos los aprovechen para decirle que la ciudadanía le ruega encarecidamente que se vaya al infierno con sus medidas, y que deje de jodernos un poquito.
Nos gobierna gente a la que no podemos escuchar, dándole órdenes a las personas que, en principio, han sido elegidas por la ciudadanía. Además, como la agenda del Sr. Draghi es tan apretada, se pasa por el arco del triunfo lo que los políticos tengan que decirle, limitando a 6 irrisorios minutos el tiempo que tienen para dirigirse a él.
No conozco a nadie que haya votado a las elecciones del BCE, y sin embargo nos toca comernos todas las condiciones que nos impone, sin chistar. Bueno, sí, podemos manifestarnos en contra de la austeridad, de los desahucios, a favor de la sanidad y la educación públicas, pero todas estas manifestaciones y huelgas dan tanto resultado como comentar el culebrón de A3 con una vecina, lo que viene siendo 0.
El Sr. Draghi dirá lo que tenga que decir, el gobierno acatará, el PSOE hará una tímida crítica, IU se indignará y UPyD pedirá la ilegalización de los diputados que tuiteen la sesión.
Alguien en twitter hará comentarios ingeniosos y mordaces sobre bajadas de pantalones, alguien en una tertulia dirá que no podemos gastar más de lo que ingresamos, alguien en la cola del súper dirá que son todos iguales, y no cambiará absolutamente nada. Dentro de 15 días veremos los resultados de la visita en forma de decreto o propuesta, y por más que pataleemos, no servirá de nada.
Agradezco, no obstante a los dos diputados de IU, su disposición a encender por lo menos una lamparita de lectura en el congreso. Espero que sus 6 minutos los aprovechen para decirle que la ciudadanía le ruega encarecidamente que se vaya al infierno con sus medidas, y que deje de jodernos un poquito.
lunes, 28 de enero de 2013
Llega la hora
Ha pasado tanto tiempo que no sé si este blog es mío o de una reencarnación anterior, cosa que no creo porque por principio soy escéptica. En cualquier caso, sí, este blog lo creé yo. Y lo continúo porque no se me ocurre mejor nombre que el que ya tiene. Y porque yo soy yo, con mi pasado.
Llega la hora de volver a activarlo, sin tiempo, ni idea de cómo sacarlo adelante. Es un cuaderno con algunas hojas usadas, y no siempre con cosas que me gusten, pero no pienso arrancar las hojas. Sólo quiero aprovechar todas las que quedan en blanco.
Llega la hora de gritar en más de 140 caracteres.
Llega la hora de plantearme qué y cómo y con quién dar la batalla. Porque como dice @Ramonlobo #estefuertenoserinde
Empezamos...
Llega la hora de volver a activarlo, sin tiempo, ni idea de cómo sacarlo adelante. Es un cuaderno con algunas hojas usadas, y no siempre con cosas que me gusten, pero no pienso arrancar las hojas. Sólo quiero aprovechar todas las que quedan en blanco.
Llega la hora de gritar en más de 140 caracteres.
Llega la hora de plantearme qué y cómo y con quién dar la batalla. Porque como dice @Ramonlobo #estefuertenoserinde
Empezamos...
miércoles, 25 de febrero de 2009
Teclados
Miro el teclado del ordenador como si fuera el de un piano, y trato de encontrar la combinación de telcas negras y blancas que conformen la melodía que resuena en mi cabeza. Cierro los ojos, esperando que las palabras fluyan, que me transporten al universo paralelo en el que me siento segura y a salvo de todo lo extraño y amenazador. Porque parece que a veces la vista no es más que un obstáculo, una valla que el pensamiento tiene que saltar antes de llegar a su destino. O tal vez no sea el pensamiento lo que está atrapado, sino las emociones... y claro, no hay mejor manera de sentir que con los ojos cerrados, dejando que que la emoción campe a sus anchas, y nos impregne.
Ya no miro el teclado, sólo siento cómo presiono una tecla tras otra, sin conciencia real de lo que sale de mis dedos, redundante, absurdo, ilógico o inconexo, o todas las cosas a un tiempo. Ahora miro mi interior, y me doy cuenta de que nunca he sabido hacer otra cosa más que escribir para mí misma, pero no sé si echo de menos que pueda entenderme alguien fuera de mí, o si casi o prefiero, porque me permite ser absolutamente libre, y es una preciosa sensación. Poder ser sincera y honesta porque es conmigo, y permitirme discursos vagos o torpes que nadie juzgará.
Abro los ojos como platos, porque he tenido una revelación, un insight. Se trataba de cerrar los ojos...
Ya no miro el teclado, sólo siento cómo presiono una tecla tras otra, sin conciencia real de lo que sale de mis dedos, redundante, absurdo, ilógico o inconexo, o todas las cosas a un tiempo. Ahora miro mi interior, y me doy cuenta de que nunca he sabido hacer otra cosa más que escribir para mí misma, pero no sé si echo de menos que pueda entenderme alguien fuera de mí, o si casi o prefiero, porque me permite ser absolutamente libre, y es una preciosa sensación. Poder ser sincera y honesta porque es conmigo, y permitirme discursos vagos o torpes que nadie juzgará.
Abro los ojos como platos, porque he tenido una revelación, un insight. Se trataba de cerrar los ojos...
viernes, 13 de febrero de 2009
Escribir
Poca gente conozco para quien su pasión sea al mismo tiempo su principal causa de frustración. Yo quisiera escribir, pero me resulta cada vez más evidente que no estoy dotada para ello. No quiero decir que no conozca las palabras, o la forma de unirlas, porque ese punto soy capaz de admitirlo. Lo que no sé es qué decir. Llevo media vida escribiendo sobre mi incapacidad para hacerlo. Siento que he de tomar una decisión, y pronto.
¿Sería capaz de resignarme a escribir únicamente cuando tengo que hacerlo? Probablemente, pero ¿sería feliz haciéndolo? Lo dudo mucho. La decisión parecería clara si no fuera igualmente infeliz escribiendo. Es como una condena a cadena perpetua firmada por propia voluntad. ¿Puede haber algo más absurdo?
Yo sigo buscando ideas, pero me parece que no me llegan, o que yo no llego a ellas. No sé si se me escapan de entre las yemas de los dedos, o si en realidad estoy a años luz de ellas, y no sé si es eso lo más frustrante, porque si tuviera al menos una idea aproximada de por donde andan, podría hacerme una idea más realista de si puedo alcanzarlas… Sin embargo, ahora voy a ciegas.
Así voy, tanteando a mi alrededor, sin parar de escribir, no vaya a ser que en algún momento –y por pura casualidad, o causalidad- me tope con lo que espero, con aquello que me ponga en marcha.
Pero no aguanto más este desasosiego continuo, esta frustración, la impotencia de sentir que no valgo para lo que creí haber nacido. Es un proyecto vital truncado, y no sé cómo enfrentarme a él.
¿Sería capaz de resignarme a escribir únicamente cuando tengo que hacerlo? Probablemente, pero ¿sería feliz haciéndolo? Lo dudo mucho. La decisión parecería clara si no fuera igualmente infeliz escribiendo. Es como una condena a cadena perpetua firmada por propia voluntad. ¿Puede haber algo más absurdo?
Yo sigo buscando ideas, pero me parece que no me llegan, o que yo no llego a ellas. No sé si se me escapan de entre las yemas de los dedos, o si en realidad estoy a años luz de ellas, y no sé si es eso lo más frustrante, porque si tuviera al menos una idea aproximada de por donde andan, podría hacerme una idea más realista de si puedo alcanzarlas… Sin embargo, ahora voy a ciegas.
Así voy, tanteando a mi alrededor, sin parar de escribir, no vaya a ser que en algún momento –y por pura casualidad, o causalidad- me tope con lo que espero, con aquello que me ponga en marcha.
Pero no aguanto más este desasosiego continuo, esta frustración, la impotencia de sentir que no valgo para lo que creí haber nacido. Es un proyecto vital truncado, y no sé cómo enfrentarme a él.
jueves, 29 de enero de 2009
Música
No concibo mi vida sin la música clásica. No comprendo como hay gente que puede vivir toda una vida sin escuchar a Brahms, o a Chopin, o a Pergolesi. No consigo imaginar cómo pudieron componer obras que representaran todos los estados, todas las emociones, todos lo pensamientos. Y me extraña que no fueran más desgraciados de lo que ya fueron. ¿Puede realmente una mayoría comprender a un genio contemporáneo?
A veces pienso que sólo es posible entenderlos a posteriori, porque son mentes privilegiadas, y me da igual si son trastornos de personalidad, o afectivos, o las dos cosas a la vez. En realidad creo que quienes tienen el trastorno son aquéllos que no saben apreciar las cosas bellas. ¿Puede experimentar la felicidad alguien que no se emociona con la Patética de Beethoven? Reformulo, ¿tienen el mismo corazón las personas que sienten la música que aquéllas que no lo hacen?
Me torturo pensando que es posible que hoy me esté pasando desapercibido o incomprendido del todo alguien que en el futuro pueda ser designado el mayor genio de mi tiempo. Tal vez por eso escucho todo lo que puedo, no quiero perderme un ápice de la creatividad de los grandes (y donde digo los, incluyo a las, que afortunadamente las mujeres están ocupando el lugar que merecen en la composición musical). Creo que es el peor remordimiento con el que podría morirme, no haber sido capaz de entender a un genio coetáneo.
¡Que viva Bach! El mundo no sería igual sin su clave bien temperado. ¡Que vivan Bruckner y Mozart! ¡Que vivan Satie, Mahler, Debussy y Schubert, y Saint-Saëns y Shostakovich! ¡Que vivan Ligeti, Pärt, Reich y Glass! ¡Y que vivan todos los que aún no conozco, pero espero conocer!
Gracias por mostrarme una mejor visión del mundo y enseñarme a ser quien soy.
A veces pienso que sólo es posible entenderlos a posteriori, porque son mentes privilegiadas, y me da igual si son trastornos de personalidad, o afectivos, o las dos cosas a la vez. En realidad creo que quienes tienen el trastorno son aquéllos que no saben apreciar las cosas bellas. ¿Puede experimentar la felicidad alguien que no se emociona con la Patética de Beethoven? Reformulo, ¿tienen el mismo corazón las personas que sienten la música que aquéllas que no lo hacen?
Me torturo pensando que es posible que hoy me esté pasando desapercibido o incomprendido del todo alguien que en el futuro pueda ser designado el mayor genio de mi tiempo. Tal vez por eso escucho todo lo que puedo, no quiero perderme un ápice de la creatividad de los grandes (y donde digo los, incluyo a las, que afortunadamente las mujeres están ocupando el lugar que merecen en la composición musical). Creo que es el peor remordimiento con el que podría morirme, no haber sido capaz de entender a un genio coetáneo.
¡Que viva Bach! El mundo no sería igual sin su clave bien temperado. ¡Que vivan Bruckner y Mozart! ¡Que vivan Satie, Mahler, Debussy y Schubert, y Saint-Saëns y Shostakovich! ¡Que vivan Ligeti, Pärt, Reich y Glass! ¡Y que vivan todos los que aún no conozco, pero espero conocer!
Gracias por mostrarme una mejor visión del mundo y enseñarme a ser quien soy.
domingo, 25 de enero de 2009
Asco
Cada día las mismas caras en la tele, las mismas expresiones, las mismas palabras… Y yo termino por no creerme a nadie. Es todo un conjunto vacío de buenas intenciones, honestidad, firmeza y cercanía fingida. Estoy desencantada con el mundo, bueno, con el mundo no, más bien con las figuras notorias y públicas que se llenan los bolsillos a base de palabras huecas, de medias verdades y mentiras completas. Estoy desencantada con el orden mundial, o mejor dicho con el caótico desorden mundial.
¿No se supone que debería ser al revés? ¿No es evolución natural volverse más conservadora con la edad? ¿Por qué me pasa a mí al revés? Cada día estoy más asqueada de todo, y soy más incrédula. Cada día me siento más y más defraudada con aquéllas personas que en su día me pareció que eran honestas y justas. Hoy las veo como mezquinas, aprovechadas y mentirosas. Me da repelús ver a todas las celebrities sonrientes, embutidas en trajes que cuestan fortunas recaudando fondos insignificantes por cualquier causa que olvidan tan pronto como se desabrochan la chaqueta. No me creo al futbolista de turno que va en su mes de vacaciones a Sierra Leona para limpiar su conciencia, y a su regreso se compra un coche que vale tanto como 3 escuelas y dos consultorios médicos. Me dan ganas de escupirles a todos en la cara.
A veces trato de consolarme a mí misma diciéndome que por lo menos soy crítica, que no he caído del todo en las garras de este apestoso sistema, pero ¿es suficiente con eso? Yo no lo siento así. ¿Qué puedo hacer? ¿Me hago socia de Intermon Oxfam, o de Médicos sin Fronteras? ¿Sería eso suficiente? Tampoco lo creo. ¿Se trata de dejar mi vida tal como es para irme a cualquier rincón del mundo a “ayudar” y pasarlas tan putas como las pasan ellos? Quizá, pero eso implicaría crear problemas a personas más cercanas. ¿Es siempre así? ¿Se trata de elegir si prefiero paliar mínimamente el dolor de alguien lejano o si, por el contrario, me sentiría más satisfecha aportando felicidad a quienes me rodean? Si es así, si la elección es esa, y no estoy muy equivocada en mi planteamiento, este mundo definitivamente, apesta. Huele a podrido por todos lados, y además no hay lugar para la esperanza.
¿No se supone que debería ser al revés? ¿No es evolución natural volverse más conservadora con la edad? ¿Por qué me pasa a mí al revés? Cada día estoy más asqueada de todo, y soy más incrédula. Cada día me siento más y más defraudada con aquéllas personas que en su día me pareció que eran honestas y justas. Hoy las veo como mezquinas, aprovechadas y mentirosas. Me da repelús ver a todas las celebrities sonrientes, embutidas en trajes que cuestan fortunas recaudando fondos insignificantes por cualquier causa que olvidan tan pronto como se desabrochan la chaqueta. No me creo al futbolista de turno que va en su mes de vacaciones a Sierra Leona para limpiar su conciencia, y a su regreso se compra un coche que vale tanto como 3 escuelas y dos consultorios médicos. Me dan ganas de escupirles a todos en la cara.
A veces trato de consolarme a mí misma diciéndome que por lo menos soy crítica, que no he caído del todo en las garras de este apestoso sistema, pero ¿es suficiente con eso? Yo no lo siento así. ¿Qué puedo hacer? ¿Me hago socia de Intermon Oxfam, o de Médicos sin Fronteras? ¿Sería eso suficiente? Tampoco lo creo. ¿Se trata de dejar mi vida tal como es para irme a cualquier rincón del mundo a “ayudar” y pasarlas tan putas como las pasan ellos? Quizá, pero eso implicaría crear problemas a personas más cercanas. ¿Es siempre así? ¿Se trata de elegir si prefiero paliar mínimamente el dolor de alguien lejano o si, por el contrario, me sentiría más satisfecha aportando felicidad a quienes me rodean? Si es así, si la elección es esa, y no estoy muy equivocada en mi planteamiento, este mundo definitivamente, apesta. Huele a podrido por todos lados, y además no hay lugar para la esperanza.
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